-Solo te pido un beso.
-Y yo tiempo.
-No tengo más
tiempo.
-Ni yo besos.
Se miraron a los
ojos en una lucha interna que nada tenía que ver con el otro y aún así, aún así
se echaban la culpa, de unos problemas que casi rozaban lo inentendible.
-Pues entonces
creo que deberíamos dejarlo aquí, ninguno de nosotros tenemos lo que necesita
el otro.
-Pero no siempre
fue así...
La voz le salía
quebrada por el llanto, la pena y la rabia crecían en su interior en un intento
fallido de poder decirle lo que le sucedía, para así que él pudiera salvarla.
-No, no siempre.
Su voz sonaba
rendida, ha dado por perdida una lucha que no debería llamarse como tal. Y ella
gimió de frustración y cayó de rodillas, vencida, dos vencidos; habían tirado
sus espadas mucho antes de haberlas cogido.
-Oye Gide, tengo
que decirte algo.
Tenía la cabeza
gacha, y las manos apoyadas en el suelo, no se le veía el rostro, pero Gide se
lo imaginaba contraído y estremecido por el esfuerzo que tenía que hacer para
soltar lo que llevaba escondiendo, y una parte de él, la parte que es capaz de
olvidarse de todo y solo centrarse en ella le grita que la coja y la bese, le
está zarandeando como un loco y ni siquiera es capaz de mover ni un dedo. Él la
ama, pero todo le impide hacerlo, y si no es todo él mismo se impide hacerlo.
-Habla, es tiempo
de eso.
Se sintió sucio al
decirlo, era mentira... él no decía nada, le dejaba todo el trabajo y la
liberación a ella.
-Estoy embarazada.
Su voz era un leve
sonido inentendible; los murmullos de la brisa al pasar entre las hojas, de
pequeño observaba ese insulso aunque hermoso y pensaba que eran hadas que
cantaban y se sentía libre, el mundo era grande. Ahora era demasiado pequeño,
ni siquiera podía respirar, y el aire ya no pasaba a sus pulmones, se atascaba
en su garganta, en un intento vago por hacer algo le puso la mano en el hombro
y ella levantó la cabeza para mirarle.
-¿No dices nada?
Era la mujer más
bella que jamás había visto, la amaba con toda su alma que había sido capaz de
abandonarla todo este tiempo, había sido capaz de olvidarse de lo único que lo
hacía sentir vivo.
Y al abrir la boca
y el aire salir como un suspiro no fue capaz de decir otra cosa que:
-Te quiero.
que bonito! transmite amor es una buena historia
ResponderEliminarbesos♥
que bonito enserio..:)
ResponderEliminarbesos
Aww morí de la ternura! Es precioso. Ojalá historias así ocurran en la vida real /:
ResponderEliminarSaudos
Me encantaaaa,es una historia muy bonita :')
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