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lunes, 21 de octubre de 2013

16. Last Summer

*Venga que sí, que os dejo asesinarme por dejar esta historia tan atrasada, pero es que no me puedo sentir obligada a esto, ¿me entendéis verdad? Así que he estado esperando hasta que me viniesen las ganas. Han venido. Y por cierto... Aunque no lo demuestre absolutamente nunca (soy muy mala lo sé), agradezco muchísimo vuestros comentarios, de verdad, sé que no escribiría con tantas ganas sin vosotros. Pero no me alargo mucho en este tema que pronto será el cumpleaños del blog, y ahí sí que me alargaré jajaj. Disfrutad del capítulo 16, os dejo los links de los otros capítulo por aquí: 15. Last Summer, 14. Last Summer, 13. Last Summer, 12. Last Summer, 11. Last Summer, 10. Last Summer, 9. Last Summer, 8. Last Summer, 7. Last Summer, 6. Last Summer, 5. Last Summer, 4. Last Summer, 3. Last Summer, 2. Last Summer, 1. Last Summer.*

No he vuelto a pensar en lo que dejamos atrás. No he vuelto a pensar en lo que podríamos haber hecho sí él no hubiese dicho nada, si él jamás hubiese, resueltamente, alargado el brazo y retirar el velo negro, de luto, de la sardina viuda que llora en el mar, que muere porque sus branquias han dejado de funcionar.
Estaba ahí, en un pueblo sin nombre, no me interesaba, no quería verlo. No es realista y lo sé, pero es que la realidad se difuminaba ahí, en mitad de la calle, donde eramos cuatro chicos, dónde uno lloraba su futuro, otro estrangulaba entrañas, ella esperaba, y yo ahí, con mi alma vacía, y a punto de llenarse, con mis pies hinchados por el viaje, por el pájaro aquel al que recordé rozar los labios de las nubes y el espacio estremecerse por su proximidad. Y el aire imitando al pájaro hace lo mismo con tu brazo, erizando con ese suave roce el bello débil de tu piel, causa satisfacción y una pequeña explosión de éxtasis el enterrar los pies en la arena blanda, el contraste del frío océano con el calor corporal del pequeño cuerpo pensante que es el pie (tiene cerebro).
Otro día recordaría el repiqueteo de guijarros saltando entre nuestros zapatos, otro día rememoraría la desesperación y la devastación, otra predicción del hombre y del tiempo... Vaya... El mundo cambia y solo nos hemos ido 200 kilómetros más lejos.
Distancia, libros... Escribir (operación lenta y complicada, aunque con inspiración todo es más rápido)... Repetir las mismas canciones una y otra vez, coche, árbol, banco, foto, cámara, foto en negro, vídeo cuando debería haber sido foto en el cual lo único que se oye es un: "¡oh!, Pero si estoy graban...".
El cielo eran brochazos al azar de un Da Vinci y Van Gogh,... Era paz y la puerta de la casa de al lado era más naranja del marrón normal.
Y no había nadie. El eco de las hojas caídas, el olor del césped recién cortado... Y no había nadie. Aunque si hubiera habido alguien nada hubiese cambiado, supongo.
Las decisiones que tomamos no deben ser del destino ni siquiera las palabras que elegimos para dirigirnos al mundo, estoy cabreada con él. Todo aquella tarde prometía ser espectacular, pero nadie dijo nada, y los momentos se pasaban y nadie hacía nada, se escapaban entre tus dedos, y nadie movió uno de sus veinte, desaparecían entre las rendijas de las alcantarillas, y nadie corría a por ellos, a por los momentos cari que te olvidas...
Dios, nada sucedía y nos ahogábamos todos en esa nada inmensa. Vacío existencial... Já, no, aburrimiento extremo se le parecía más.
-Bueno,-dije yo- ¿que hacemos?
Se miraban los unos a los otros, me miraban a mi, y yo no miraba a nadie, Nadie ese día debía sentirse muy importante.
- Pues es que no lo sé...-Dijo Rafe. Rafe no sabía lo que hacer, era una novedad. Miré a Alex para ver si decía algo cómo: "Yo voy a pintar un rato, las olas de este lado de la península son más fuertes, creo que es por la posición de aquellas rocas... Sí..."
Pero no abrió la boca, solo se rascó la cabeza y miró al suelo.
- Carol, dime que a ti se te ocurre algo.
-Pues la verdad es que lo único que me apetece es dormir...- Miró una mosca que pasaba, yo también la miré, era el único ser vivo que se movía desde que habíamos llegado, una mosca, podríamos haberle preguntado la hora, madre que pensamientos se me cruzaban por la mente, ¿ves? Eso pasa por aburrirte, si no te aburrieras no pensarías en tonterías y te centrarías en hacer algo. Pero es que era tan divertido estar en mi mente... NO. ¡Vamos a hacer algo sí o sí, mechachis!
- Vale, genial, tengo una idea.
Me miraron expectantes, menos Carol que era entendible porque tenía sueño y miraba un banco del parque que tenía muy buena pinta.
- ¿Y sí... ?
-¿Quienes sois?- Una voz. Una voz extraña que parecía molesta nos hablaba. Y me había interrumpido. Estaba detrás de mí, sentía su presencia, su proximidad... y ya. Mis amigos miraban al ser situado detrás de mi de manera indiferente, menos Carol que seguía mirando el banco... Pobre chica...
Cuando me dí la vuelta Él estaba allí, y madre mía. Era ÉL. 
- Alguien. Y hace un rato éramos Nadie, podríamos haber seguido siendo Nadie, pero apareciste.-¿estaba enfadada? ¿Por qué estaba enfadada? ¿Hola? ¿Mi parte borde y antipática salió a pasear? Pues que entre en casa pronto que este chico no le ha hecho nada...
- Vale, lo siento, solo que me sorprendió que un domingo estuvieseis aquí y eso... No suele haber mucha gente los Domingos.
Era alto, tenía los hombros anchos, unos ojos castaños muy bonitos que te miraban muy fijamente, me recordó a la Señora Hays, cómo si quisieran entrar en ti, quitartelo todo e irse. Porque la gente que te mira de esa manera a los ojos no huye, se va.
Su larga cabellera era caoba y la tenía recogida en una coleta. Nunca me habían gustado los chicos con el pelo largo. Pero este tenía algo... No sé.
- Ya, es que nuestra salida ha sido un apresurada.
- ¿Por qué?
- No sé, Alex quería pintar el mar desde otra perspectiva, desde otro faro. ¿Hay un faro en este pueblo?
- Lo había pero cómo no funcionaba lo derribaron y ahora es un montón de piedras. Pero hay un puente. 
Se encogió de hombros.
- Soy Sebastián, por cierto. Pero todo el mundo me llama Sebas.
- Yo soy Alicia, y hay gente que me llama Al, pero no me gusta, es más, lo detesto. Este es Rafe- Cuando señalé a Rafe vi que no estaba muy contento de tener un nuevo amigo, algo raro, muyyy raro-. El chico rubio es...
- Perdona, ¿es un diminutivo o tu nombre real es ese?- Le preguntó a Rafe.
- Es así. En mi DNI pone Rafael, pero me sonaba demasiado maduro, no sé, cómo Pelayo, no me gusta ese nombre prefiero más... Pelayín, por ejemplo.
Había respondido de manera tranquila y bastante indiferente por su parte. Por la mía no sabía que se llamase Rafael...
Sebas se rió y yo seguí con las presentaciones:
- Bueno el chico rubio es Alex y ella es Carol.
- Todo el mundo tiene diminutivos menos tú.
- Sí, muy agudo. - Me tapé la boca con la mente, ¿pero por qué me comportaba así? Yo no era así, no era maja pero tampoco contestaba de esa manera como si estuviera a la defensiva.
- Entonces nos vas a decir por donde se va a ese puente.- Dijo Alex de manera desconfiada. ¡Oh! Genial... La habíamos tomado todos con el chico... ¡¡Pero sí no había dicho ni hecho nada malooo!!

Mientras caminábamos siguiendo a Sebas que nos había pedido que si podía acompañarnos, yo pensaba en la gente rota. 
¿Sabes todas esas películas y esos libros hablando de gente deshecha? Yo pensaba que era ficción... Que no existía esa gente, que era solo para darle profundidad al personaje... Ya... Claro... Resulta que yo era un buen ejemplo. Que yo era cómo uno de esos personajes, los que fingían por el bien común decían, los que no permitían que nadie se enamorara de ellos, porque afirmaban que de ellos no se enamoraba nadie, demasiados personajes, caras, pensamientos... Demasiado complicada para dejar que nadie entrara en los chanchullos de un alma vacía, como el paisaje de este domingo, ni con este rompecabezas por destino... No... Ni con este miedo al miedo y a perder... No. A defraudar a que los demás esperen de ti más de lo que esperas tú misma.
No... No era bueno para nadie, pero la putrefacción de los sentimientos va por dentro, su procesión lenta... Los pies descalzos de todas aquellas cosas y momentos que pasaste de largo que nunca te ocurrieron cuando a otros les pasaba continuamente... A todas las besaban, y a Alicia Harrison, la que no le gustaba que le llamasen Al, y que tenía la expresión de una vieja amargada, la que decía que le daba asco el amor, a ella solo le quedaba aceptar, aceptar, aceptó tanto, que al final dejó de creer que algún día se revelaría contra todo. Contra el puente, contra las piedras viejas del faro, contra las malas palabras que le habíamos dirigido a Sebas, al que a lo mejor le pasaba lo mismo que a mí... Era demasiado raro y especial, demasiado roto, cómo para que los demás lo amasen.

                                                                     



jueves, 10 de octubre de 2013

'Los consejos que dan, los que por miedo a amar, viven no siendo ellos.' D. M

¿En qué momento nos volvimos todos locos y encontramos placer en el dolor

Se ve y se siente los pasajes inconfundibles de los capítulos sin escribir, pero que van pasando, pasando... pasando...
Y yo me pregunto, -una pregunta retórica, por supuesto, no quiero que nadie me diga la verdad jamás, mentirme todo lo posible en lo referente a mi, que de matar... ya me mato yo-, me pregunto eso, eso que solo los del agujero se preguntan, -siempre la misma a lo largo de los años, parece que la escribamos en el recordatorio del calendario el día y la hora en la que quieres que vuelva a aparecer, porque somos masoquistas... Porque al final la filosofía afecta y se necesita respuesta para la pregunta sin ella... siempre-:

¿Porqué nunca yo no?

Entonces se suben las manos a la cabeza y murmuran en alto, en bajo, y sin sonido pero con micrófono: ¡Vaya! Saltó la visión de parejas felices de la mano, y la tuya propia vacía y sin agarre... Pues no, justamente el yo no, no se trataba de eso, -en realidad nunca se ha tratado de eso, solo por la noche, que es cuando más afecta la ausencia, supongo...-.
Trata de la imagen e idea que en tu mente se transforma en el mejor debut cinematográfico, trata de la otra imagen de millones de artículos posibles que puedes escribir, porque decir... hay que decir mucho. 
Vuelven las palabras con Septiembre. Y nunca falla que Septiembre vuelva, nunca falla Octubre que viene detrás para acurrucarse en tú regazo y pedirte que le acaricies la cabeza, pero con cuidado que las cosas se pierden y desaparecen y dejan de ser lo que fueron. Sí, esas cosas pasan...
Es que... El yo no, va por las veces en las que me pregunto porque prefiero quedarme y observar a levantarme y participar, porque según la parte de mi mente que me observa de fuera parece gritarme desde el la primera fila de gradas:

 ¡Levantateeeee! ¡Vamos, mujer! ¡VIVE!

Y yo enfadada, bueno la otra parte de mi a la que le suelo hacer más caso, responde gritando también pero desde arriba, desde las personas son hormigas y el mar posando para ser fotografiado: 

¡VIVO, IMBÉCIL! ¡Solo que de distinta manera, yo siento, y aprovecho momentos que ellos pasan por alto por correr demasiado rápido, por pensar que la reflexión es para otros y nunca para ellos!

Se calla, me mira me sonríe y salta a la pista a jugar a un juego sin nombre, de esos a los que todo el mundo sabe jugar, incluso ella, -esa contenta parte de mi, ignorante, que lo único que piensa hacer con sus manos es arrebatar balones, mientras que tú, tú te sientas y observas porque estás segura de que si te levantas no sabrías que hacer con las dos extremidades que cuelgan de tus costados, para ti solo sirven para tocar, para saborear con las largas lenguas de tus dedos y para crear...-, y por ese motivo yo pienso he imagino, que me echaría de menos si fuera otra persona, una como otras tantas, porque todos no podemos ser iguales. Me echaría de menos porque la sensación de tener la cabeza a punto de estallar por todas las cosas que tiene dentro, es una de las sensaciones de las que te guardas en el estante de las "sensaciones coleccionables", no somos otra cosa que sensaciones. 

DIOSES. 

Los únicos Dioses en los que creo, en los que me apoyo para confiar, es en la humanidad, aunque sea una completa masoquista cabrona, también tiene una parte cariñosa, una parte que la hace perfecta, global y buena, y que no puede terminarse o acabarse, que la única cosa que no sea efímera sea nuestra perfecta -aunque siempre mejorable- evolución.
Si todavía no ha quedado claro lo de masoquista ahondar en vuestra mente y pensar en todas las cosas que siempre decimos que están mal o que deberíamos mejorar y no lo hacemos, porque al final le coges gustillo y todo; el odiarte, el esconderte, el arte de desaparecer y del silencio, el de las palabras vacías -putas ellas-, el correr y ahogarte con tu propia saliva, el llorar, la soledad dulce y mimosa que vuelve sin ser invitada... Vaya... No nos olvidemos que los latigazos de los que viene acompañado todo eso... 

¿Sabes? Somos Dioses, sí, y nos comemos el mundo de tal manera que lo agotamos de tanto mordisco mal dado, pero nadie dijo que fuéramos capaces de solucionarlo todo... Así que no te agobies, 

yo también pienso si algún día me crecerán las tetas o si van a seguir así mucho tiempo.

Sí, bueno... A mi me da un poco
de yuyu esta mujer eh...
Pero oye, había que ponerle algo
*Encogimiento de hombros*
(No me puede creer que no haya
ni una foto o monigote haciendo
ese movimiento, jum)




viernes, 4 de octubre de 2013

Que de tanto "despertar" hemos acabado con insomnio.

Las hojas volaban, planeaban por encima de nuestras insignificantes cabezas, cambiando las frases y las palabras que las componen, el significado a variado por tercera vez, y nuestros cansados parpados ya no soportan el ver.
Vaya con los ojos de cristal eh... Los que decoran los oscuros huecos que deja el verdadero ojo ciego.


chica
Oinssh... Que cosita tan pequeñita he escrito,
pero bué...
Y como titulo una de mis frases del día
que se me ocurrió después de leer como la quinta
vez la frase esa de 'es hora de despertar' o cosas
así... Soy una borde, lo sé :('
Pero para que veáis que no soy tan mala persona como aparento
os recomiendo una canción ja ja ja
Glen Hansard - High Hope
                              

miércoles, 2 de octubre de 2013

- Y ahora, cariño, matemoslo absolutamente todo, que no quede nada... ni nadie. Pero antes de matar al camarero dile que nos prepare unos gin-tonic, tengo sed.



Mis viejas amigas han vuelto, con la fuerza de la tormenta con la que se fueron. Mis viejas amigas recorren el mismo camino que han recorrido siempre, hacen el peregrinaje ya curtido y limpio de tanto pasar por ahí.
Estas amigas, no te defraudan, porque no les hace falta. Esta vez han venido acompañadas de unos gritos de frustración y ganas de pegarle a algo fuerte y duro, y acabar con muñones y sin ojos.
Parece una mala película macabra, que ya sabes como acaba.
Creía haber resuelto el problema, lo creía y les decía a los demás que a mi me había funcionado. Que si no le dabas importancia a las cosas no te harían daño. Pero me equivocaba.
3dsmax, arte, artista, artistas, artes, artes del de ordenadorJoder. Pensaba que ya lo había aceptado, había aceptado que la gente desaparece de tu vida, sin dejar rastro, sin cacofonías, sin una carta debajo de la puerta o encima de la mesa. Pero resulta que me creía preparada y no lo estaba, no estaba preparada para otra bofetada, que no de la vida, a ella dejarla quieta, sino de las personas a las que quieres.
Se van. Se van y te dejan sola, se van y no les importas, porque todo el mundo menos TÚ, toma decisiones sin tener en cuenta a nadie más que a ellos mismos, egoístas, la peor calaña que te puede pudrir en un nanosegundo de incertidumbre, razón, lógica, y luego: Caos.
Siempre te dejan, yo no se cómo lo hacen, pero se van y no vuelven, yo se que no vuelven nunca, yo se que se esfuman, y te dejan sola.
Yo lo sé... Y no quiero volver a pasar por eso... No quiero volver a pensar en eso... No quiero, no quiero no quiero, no quiero, ¡no quiero!
Me creía la más feliz de todos, pensaba que todo estaba bien, pensaba que las gotas saladas que salían de mis ojos, mis viejas amigas, se habían ido, cómo todos los demás, pero esa fue una huida, que me gustó, porque llorar ya no entraba en mis planes.
Yo quería llegar a casa y pasear al perro, pero he entrado y aquellas putas lágrimas han corrido por mis mejillas.
Pero se acabó, porque no voy a dejar que absolutamente nada, me haga volver a llorar. Acabaré con todo y eso de volver a empezar sí, pero sola, porque todavía no he visto a nadie a quien le haya decepcionado, dañado, defraudado, y mutilado el corazón en pedacitos: la soledad.
Que se vaya todo el mundo a tomar por culo, no quiero participar en vuestra mala película gótica.
Ya podéis desaparecer hijos de puta, porque a mi, a partir de ahora, me importa una mierda.



angry, art, art:drawings, awesome, black and white, cool
-Muy bien, ¿quién quiere, ahora, que use
su cabeza cómo pelota de pin-pon?