Es eso... solo eso. Algo diferente entre cuadros idénticos a los
de hace tiempo, la magdalena de limón entre muchas de fresa, y la bandeja se ve
más llena, más completa, más única.
Es eso... solo
eso. La nota grave entre muchas agudas, el sonido reticente a
abandonar la melodía, es la misma sinfonía de ayer, pero ahora es diferente; un
dedo se ha escapado del recorrido habitual, cambiando lo tradicional a lo
peculiar, algo nuevo que se escucha y lo maravilloso es cuando te preguntan
'¿de dónde ha salido?' y lo mágico es cuando respondes 'De la misma partitura
de siempre, solo que algo ha cambiado'. Y se unen, se funden una sobre la
otra; lo maravilloso y la mágico, los sueños y las esperanzas puestos en ellos.
¿Sabes lo que
pienso del destino? Que es como cuando en fin de año te paseas por el salón,
todavía limpio de tu casa y de repente se oye un ruido, un ¡BUM! que no te
esperabas, un cohete de confeti ha explotado en mitad del salón y entre la
lluvia de colores, matasuegras pitando en tu silencio, risas en la esquina del
sofá, música de los 70' sonando en la tele, servilletas arrugadas entre
botellas vacías de champán, los anillos de oro preparados en sus copas y tú ya
con tu deseo de siempre en mente <<Encontrar la verdad, mi verdad,
encontrar el amor en mi corazón vacío>>, entre todo eso, estás tú,
respirando el aire a marisco que ha dejado las ollas repletas de bichos, el
caldo caliente en el frío de diciembre, la lujuria de muchos en los
apartamentos del centro, la alegría de otros al saber que habrá otro año, otra
oportunidad para cumplir aquello que no pudieron en este, y se siente, y tú
sientes, todo.
Dando vueltas con los brazos extendidos, llenándote de algo que
desconoces, pero que no te importa, porque ha llegado el intervalo que
esperabas desde septiembre, el momento en el que sabes que el pasado está en
medio de tu futuro y que pensando en él has de recrear tu camino a seguir,
cogiendo la azada y empezando a quitar zarzas, das vueltas y ríes, puede que mañana
todo cambie, puede que dejes de tener ese miedo infantil a encontrarte con
alguien en tu pasillo oscuro y dejes de correr hasta al baño con una exhalación
como si algo te persiguiera, puede que todo siga igual, pero por lo menos siempre
quedará la esperanza que pusiste en el otoño anterior, la esperanza de verte
reflejada en las hojas al caer, dejando pelado el árbol, la esperanza en verte
envuelta en el aroma de las castañas y la sensación de quemazón después de ver
tu impaciencia puesta en esa castaña humeante, son sueños y esperanzas de
alguien con un septiembre terminal, sabiendo que todo eso se cumplirá, pero la
sensación de triunfo al ver que algo, después de todo, se ha cumplido, ese
algo, es eso... solo eso; es la sensación de saber que la vida, regalo o no, es
vida.
Es la sensación de ver que tu vestido nuevo te queda mejor después de
habértelo puesto la noche anterior. Es... el ver que sin querer has sonreído a la persona adecuada, es el despertarte una noche y ver que por fin no estás sola, es eso... es solo eso...
Completamente ficticio, ¿pero no molaría que fuese real?. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario