Entre todos aquellos recuerdos de mi niñez, que de ninguno me acuerdo. Solo vagamente los que me hicieron reír tanto que me caí al suelo y los que me hicieron llorar por pensar que perdía algo que quería.
Siempre, siempre ese miedo a perder. Es el peor miedo que puedo tener. Vivo de aquello que me hace pensar y que recuerdo con los años pero me gustaría dejar de temer al destino por su forma de ser tan frío conmigo.
Unas veces tan bueno y otras tan amargo. Me gustaría tener fe en algo, algo a que atenerme si me caigo.
Y justamente por eso, por miedo a perderme algo ahora resulta que tomo decisiones sin pensar. Tuve tantas oportunidades que por mis razonamientos estúpidos no hice. Ahora no pienso, actúo y punto, me meto en unas cosas...mi madre se desquicia, pero si no lo hiciera seguramente viviría en una especia de burbuja que me protege de cualquier daño. Y aunque sigo perdiéndome cosas a lo mejor he mejorado en que ahora no me arrepiento de habérmelas perdido.
A si que bueno por lo menos en algo he mejorado, aunque mi querida madre diga que no.
Pensamientos externos, ningún fin.
Gracias!! Ahora me paso :)
ResponderEliminarBesos.