Horas, segundos, años.

La fecha se adelanta. Los problemas aumentan. La maestra me mira esperando que diga "sí", lo hago. Porque es lo que espera de mi. Nunca se trata de lo que yo quiero, nunca se trata de lo que yo necesito. Siempre escucho, siempre acepto. No sé decir no, esta más que demostrado.

Bajar la cabeza y asentir es una práctica que se perfecciona, nunca querer decepcionar al final te decepcionas a ti misma, intentar hacer las cosas bien, no sirve de nada. Todo está en el aire, leí una vez. No lo entendí al principio y por mucho que lo leyera una y otra vez seguía sin entenderlo, ahora lo entiendo. Nunca sabes como van a acabar las cosas. Espero, siempre espero.

Espero que las cosas vuelvan a salir del mismo modo que salieron una vez, porque llevo esperando un año a que mi padre me lleve por aquellos caminos que cuando era pequeña no podía subir, "cuando seas un poquito más mayor" decía, ahora solo quedo yo pensando que a lo mejor todavía no soy lo suficientemente mayor, lo peor es que me voy a pasar la vida diciendo lo mismo porque ya nunca me llevará. 

Ahora es demasiado tarde, nunca hay tiempo suficiente. Sobra tiempo para divertirse y para las cosas importantes falta.

Irene.