No hacerle caso, girar la cabeza y seguir caminando.

¿Y ahora que? Se supone que me tengo que vestir, coger al perro y la película y devolverla. Fácil, un camino de cinco minutos.
Todo ocurre tan deprisa, la cabeza gacha y rezando para que el perro no tarde demasiado y volver a casa.
Entre millones de tréboles de tres hojas, habrá uno de cuatro. Cuesta encontrarlo y hay tiempo para buscarlo, pero dudo que en cinco minutos lo encuentre, y no me molesto. Nunca lo hago.
Coger el camino difícil es complicado y el atajo es tentador.
Tengo que dejar de morderme las uñas. Es una manía horrible que empecé pensando que cuando quisiera parar lo haría, pero...si estoy sola las manos se mueven solas, ¡lo juro! que yo no quiero pero es que...A veces duelen y aun así sigo mordiendo, arrancando y mirando mis largos dedos sin forma alguna. Deformados después de tanto tiempo.
Pero a partir de hoy no me volveré a morder (a ver cuanto duro). La otra vez una semana y cuando fui a la revisión del médico la tentación fue demasiada y acabé con todas, ni rastro de lo que había.
Cuantas tonterías llego a decir por aburrimiento...en fín.
No hacerle caso a estas estúpidas entradas.