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sábado, 30 de junio de 2012

El inexistente sonido de las volutas de polvo al caer. Olivia.

-Solo los que lo han experimentado lo entienden. Tú no tienes porque si quiera comprenderlo.-Bajó la voz al pronunciar las últimas palabras, miraba con melancolía el tarrito de mermelada de encima de la mesa, la había traído ella, era como una tradición que venía de cuando vivía su abuela. Querría que Olivia entendiese lo que escondían sus palabras, pero no contaba con que ella solía tener la manía de obviar lo evidente.
-Ya... pero no sé me gustaría escribir sobre ello.-Se dio golpecitos en la barbilla mientras pensaba en todo lo que contaban sus cartas que nunca habían sido enviadas.-He escrito sobre todo, excepto sobre el amor...de eso no creo que haya escrito nunca.
Marco la miró de arriba a bajo, estaba sentada en el sofá de cuero rojo, en el desván de la casa que su abuela le dejó en el testamento, pero aunque sea de él ella ya era parte de esta casa, ha pasado más horas metida en este desván que él.
-Entonces piensa en lo que sentías por Lucas.
Le había costado mucho decir esa frase, casi se le atraganta pero...tenía que mantener su papel de "solo amigo fiel".
-¿QUE? ¿Como que lo que yo sentía por Lucas? Me marcó, ¿vale?, pero solo eso. Yo no lo amaba, lo quería pero no lo amaba.
Olivia desvía la mirada a la maqueta morada que cubría todo el suelo. A veces se paraba a pensar en que clase de persona habría colocado un sofá rojo chillón en un desván que tenía una moqueta morada. Recordó a Lucas diciendo una vez que seguramente había sido Marco en un  ataque retro, y recordó lo que se habían reído después, pero no lo amaba, lo quería sí, con locura, se levantaba por las mañanas pensando en como iba a sorprenderla esta vez, y siempre lo hacía, la sorprendía, incluso el día que la llamaron para ir al hospital, ese día también la sorprendió, sobretodo cuando dejó de respirar. Ella había presenciado miles de veces como se enrrollaba con chicas que después dejaba tiradas para irse a tomar un helado con ella...hay...él y los helados...Sonrió al pensarlo.
-Marco... Si le escribo una carta a Lucas... esta si que quiero enviarla. Él decía que si hay que hablar de él que se hable bien y que después se lo cuenten. Pero no tratará de amor, sino de algo mucho mayor que eso.
-¿Hay algo más grande que el amor?
-En mi mundo...todo es mucho más grande que el amor. Tratará de la oportunidad que me dio al conocerle. Me cambió la vida, como dijo la primera vez que nos vimos. Yo no le creí y... era cierto.
Escribiría lo que no le dijo cuando estaba vivo, todas las veces que le hubiese gustado decirle gracias y no se las dijo, todas las veces que le dijo lo que quería oír y las que no. Él fue la oportunidad de cambiar, la aprovechó, cambió y se esfumó.
-¿Entonces no vas a escribir sobre el amor?
-No. No sé lo que es así que esperaré hasta saberlo.
-¿Y porque no sales a buscarlo?
-¿Y porque no esperarlo? Además mientras espero le escribo la carta a Lucas. ¿Después me darás tu opinión?
-Sí, claro. Lo que tu digas...
Olivia salió como un rayo a escribirle la carta a Lucas y Marco no supo reaccionar. Se quedó ahí plantado, esperando a la nada y mientras esperaba veía caer las volutas de polvo que se habían levantado tras la marcha de Olivia.

Irene.

                                                              

5 comentarios:

  1. La historia está bien pero no se en que se parece a ti, no le pillo las similitudes...jajaja.

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  2. Se que tu eres Olivia pero y los demás?

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    1. ¿He? ¿Como que soy yo? ¿Lo dices por la etiqueta?. Jose es solo una historia de una chica pelirroja de ojos verdes que perdió a un amigo. ¿Se puede saber en que se parece a mi?

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  3. Eh Eh que soy Anonimo! y si, lo decia por la etiqueta, no se me parece a ti.

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