Donde termina el sueño cread por tu imaginación y donde empieza lo que ven tus ojos. Que ya ni de ellos te puedes fiar. Son pequeños detalles los que te hacen dudar: algo de indiferencia, después una pizca de silencio mezclado con rencor.
El condimento perfecto para creer que se puede controlar una furia que solo salta si le incitas a hacerlo. A veces, cuando entro en casa y el perro no se mueve, cuando mi madre llega tarde de trabajar y la comida está sin preparar, cuando el viento se cuela por por las rendijas de las ventanas, y todavía con la puerta abierta y mi mano en el pomo, ese aire me acaricia y seca mi cansado cuerpo. Es entonces cuando cierro la puerta, la dejo escapar de mis dedos que la sujetan, un ruido sordo retumba y el perro mueve la cola. Las cosas pasan en un orden, creo que lo llaman rutina, a mi me gusta llamarla mi vida.
La cambio de vez en cuando, pero las coas tienen que ocurrir como siempre porque entonces, ¿a que agarraría si las murallas se desvaneces?. En esos momentos pienso que puede que esto sea solo el principio, el principio de algo, como en las películas de misterio, que todo es normal hasta que pasa algo que lo cambia.
Las expresiones de ese momento de los actores, la descripción que dura unas líneas las caras que ponen los protagonistas en el libro, ese sentimiento...es el que no quiero.
Es bonito que un día pase algo sorprendente pero cuando pasa siempre esperas que cuando llegues a tu casa echen tu programa favorito. Y eso ya son planes. El tiempo pasa volando y no lo notas, de repente son dos semanas, de repente solo falta un día, has perdido el tiempo, ¿que has estado haciendo?, ¿en que mundo has estado viviendo?, ¿en que mundo estás viviendo ahora?.
Irene.
Unas reflexiones muy bonitas e interesantes, no cambies y se feliz, guapa.
ResponderEliminar