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jueves, 14 de junio de 2012

Revisa las repisas de lo que hay detrás de la ventana.

Fíjate que clase monstruo hermoso somos los humanos. Nos compadecemos de nosotros mismos, adoramos a seres que no conocemos y creemos que todo cambia cuando somos nosotros los que las hacemos cambiar. Amplificamos las promesas hasta hacerlas nuestras, cuando solo son palabras, palabras que significaron algo, una vez, ahora ya no. Y lo mismo pasa con los momentos que se hacen recuerdos, tenemos la manía de querer poseer todo aquello que nos rodea, incluso el aire que respiramos. Los minutos que según nosotros nos pertenecen son solo momentos, solo cosas que pasaron una vez y que no volverán a pasar de la mima manera. Susurramos al mundo que nos pertenece, y lo decimos bajito para que solo nos oigamos nosotros mismos, para que cuando nos escondamos detrás del trono podamos decir que no pasó nada.
Huir es la solución a todo, alejarse de aquello que no queremos, lo desechamos, porque según nosotros hace daño. Otros no, en otros casos permaneces sujetos a un tronco sin movernos, esperando el golpe que vendrá después.
¿Que clase de monstruo hermoso, intenta sobrevivir en un mundo donde sabe que va   a morir? Un monstruo que mejora, que permanece, que padece...un monstruo que hace las cosas bien, que cada monstruo intenta llegar a un fin, el de intentar ser feliz. Pero no corre prisa, tenemos toda la vida para conseguirlo. Unos piensan que es ver el lado positivo a todo, pero eso solo consigue que te lleves miles de palos, miles de traiciones no merecidas y miles de lágrimas que escondes para que la luna ni el sol sepan que ellos han ganado que son los reyes, en vez de nosotros. Otros, como yo, se odian a si mismos, al mismo tiempo que se aman, porque aunque no se miren nunca al espejo saben que están bien. Los tipos de personas que tropiezan con la misma piedra y que se ríen al caer, somos torpes por naturaleza. 
Hay millones de monstruos y el echo de compadecerse del mendigo y de acariciar al niño, el echo de que todos los monstruos necesitemos un abrazo nos hace personas, seamos lo que seamos, es verdad que nos matamos unos a otros y que hay millones de cosas por las cuales el ser humano es despreciable, pero ¿que más da? Cuando hay otras millones de cosas por las cuales el ser humano es el ser más maravilloso del mundo. Hemos creado lo más grande de este mundo, que ha conseguido que seamos lo que somos, los sentimientos. Y esos, por mucho que quiera a los animales no los han creado ellos, somos el único animal capaz de sentir variaciones de miedo y de dolor, los únicos que somos capaces de amor y de crear mundos.
Somos grandes aunque un poco cobardes.


Irene, ama este mundo de forma incondicional, siendo un asco o siendo maravilloso.




                                                  

1 comentario:

  1. Lo que pasa es que tu quieres a todo el mundo y luego pues pasa lo que pasa... (Comentado queda!!)
    Un besito.

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