Después de llorar y patalear, avergonzarnos y arrepentirnos, ¿que queda?
Si miramos a los ojos que todavía son hermosos, y le preguntamos ¿porque?. Arrodillarnos y suplicar una respuesta justa, después ¿que queda?
Con frialdad y superioridad...después de aquello ¿que queda?
Queda el miedo al fracaso porque aquello que amamos nos ha fallado.
Irene.
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