Levantarse a las nueve y vestirse solo para esperar que el encargado de traer el mueble del recibidor lo traiga y que de paso el marido de la peluquera me traiga mis chinchillas, no vale la pena, ¿porque? son la una de la tarde y todavía no dan señales de vida ninguno de los dos. Si lo llego a saber me quedo en la cama. Ahora no me atrevo a sacar al perro no vaya a ser que lleguen cuando yo estoy fuera -,-. Que gente macho... ¿no podían llegar a las once y todos contentos? No.
Irene.
me encanta tu blog, ya te sigo, saludos desde
ResponderEliminarwww.miprimeramor-celeste.blogspot.com
¡Yo a ti también te sigo, jajaj!
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