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viernes, 20 de julio de 2012

El ángel custodio de Olivia.

-Haz lo que quieras, Oli.
-Ya pero no sé, estoy aburrida podríamos...
Se quedó pensando unos minutos, intentando encontrar una actividad que la hiciera levantarse del sofá. Pero Marco no pensaba lo mismo, el estaba bien tumbado en el sillón con la vista en el techo, con los pensamientos en el aire y con la presencia de Olivia, aunque el silencio recorriera cada centímetro de la habitación, él estaba bien con ella. Porque era una de las pocas personas que valoraban las presencias. Demasiados días solo, demasiados pensamientos solo escuchados por él. Eso te hace una persona que valora a la gente cuando está, para poder recordarla cuando no.
-Caminemos.
Lo dijo tan tranquila, hablando tan en serio, que no se lo creyó. La miro y extrañado dijo.
-¿Caminar? ¿Para qué? No hay nadie en la calle por el calor y las tiendas están cerradas.
Ella sonrió. Esas sonrisas que se hacen sin un porqué, sonrisas simples, muestras de estar bien, complicado significado cuando hay que describirlas, suaves, sin nada, como los copos de nieve al caer en la acera, como el roce del algodón en la piel. Sonrisas sin porque. Contagiosas, suelen ir unidas a miradas o cómplices o solas, poco importa. El sueño más grande de Marco es conseguir una sonrisa de Olivia, pero de las verdadera, ellas siempre está sonriendo pero... son diferentes, ninguna es igual a la otra. Él quiere que le sonría como lo hacía cuando estaba Lucas. La manera que tenía él de hacerla sonreír era mágica, no eran sonrisas tontas, eran sonrisas esperanzadas, sonrisas de sueños echos realidad, sonrisas que solo entendía Olivia, porque nadie más entendía a Lucas. 
-Para ver el mundo. Marco vamos no es tan difícil de entender. Sentémonos en un banco a ver pasar los minutos, sin nada más que hacer.
Sí. Olivia entendía a Lucas, pero Lucas también entendía a Olivia. Lucas le dijo una vez que el peor error que podía cometer una persona era defraudar a Olivia. Porque ella nunca se espera nada de nadie, lo acepta, entonces si consigues que Olivia no te sonríe, entonces, no es que esté enfadada es que la has defraudado, hiriéndola. Ya Olivia no se le hace daño. 
-Vamos entonces.
Hay días en los que a Marco le gustaría gritarle que Lucas a muerto que nunca más volverá y que deje de esperar que aparezca cuando ella esté mal, porque no va a aparecer. Le gustaría decirle eso cuando llora, cuando llora sola y no es capaz de levantarse de la alfombra en la que ha caído. ¿Pero como puede decirle eso? Ella que lucha por ser feliz en un mundo donde todo está de estar bien. Ella que va a contracorriente. Ella que espera lo que haga falta hasta que se te pase el enfado, ella que respeta al mundo, aunque el mundo no la respete a ella. Ella que rompe los esquemas... ¿como le puede decir que deje de esperar a que algo tan bueno que tenía y que se fue, vuelva?.
La sigue en silencio mientras ella busca el banco perfecto donde sentarse. Cuando lo encuentra, saca una bolsa de pipas del bolsillo derecho de su pantalón corto. Lo gira hacía a mí para que coja, y cuando lo hago, el simple gesto de aceptar lo que me muestra le hace volver a sonreír. El simple gesto de que ella gire la cabeza y que mirando al árbol de delante la haga sonreír, me hace hacerlo a mi también.
Le hace pensar en su imagen. Dos personas siendo felices... sin estarlo. Dos tristes personajes de un cuento que siempre acaba bien. De un cuento escrito con lágrimas que pase lo que pase, sus protagonistas siempre sonríen, incluso los fantasmas, esos que miran por ojos cristalinos, que se convierten en ángeles custodios, con alas de plumas blancas, con corazones insondables, dispuestos a perdonar y listos para ser perdonados y olvidados.

Irene.

                                                         


2 comentarios:

  1. Este texto es más que precioso corazón,me encanta,pero me hace llorar.Cómo sabes tú,que así son los últimos sueños que tengo de él?.
    Se me escapará de este mundo,pero pensarlo es morir antes de que ese dia venga,yo no quiero sufrír mas,pero por desgracia lo que suele venir,no lo puedo remediar.Me gusta como hablas de la tristéza,se nota que la pudíste sentír de veras en las entrañas,me sabe mal sentírlo de tí.Sabes,una persona muy empática,suele ser la que más necesíta ayuda,quiere ayudar por que siente mejor que nadie,el dolor que otro padece.Me hace estar tríste ver como nos reflejamos ante la mísma mierda,somos diferentes,pero a la vez cojonudamente iguales.
    Mira,sonrie que te adoro,eres un sol,el sol es el que más nos quiere hacer felíces,el centro de la atención planetaria,pero que injustamente explota cada cíclo,está hasta los cojones y su tormenta es la nuestra,esta allí,siémpre por todas partes,pero no hay estrella que se quede a su lado,solo los planetas mareandonos cada dia,tan rodeados pero tan solos de amor.Un beso guapisimo,uno de los que los soles les revienta el corazón.

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    1. Siento que te haya echo llorar... En realidad no era mi intención poner tanto de mi tanto en Marco como en Olivia, yo solo quería creer dos personajes que hablara a través de mi sin necesidad de decir yo nada... Si, saber que te tendrás que despedir de alguien sin querer hacerlo es una mierda... Pero todo pasa, aunque por mucho que digan la tristeza, y todo lo que trae con ella,todos esos sentimientos, una vez se va siempre vuelve por el miedo tan grande que tenemos a volverla a sentir.

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