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domingo, 7 de octubre de 2012

No tengo palabras ni ilusiones para describir a lo que temía cuando no temía a nada.

No voy a repetir lo que ya dije muchas otras veces, repetirse es algo que nunca me ha gustado.
He dicho, en mi mente, a los demás, a los niños que no sabían de lo que hablaba, he dicho; Tener miedo es malo, y tienes que saber a lo que tienes miedo, yo, a perder, lo resume todo, a perder. Cuando era pequeña dormía con la luz encendida, y en la cama de mi madre, y cuando me quedaba dormida ella se acercaba me cogía y me dejaba en mi cama y con la luz apagada, y me despertaba en mitad de la noche por la misma pesadilla de siempre, no poder huir y rendirme antes de luchar porque no puedo, encendía la luz, miraba a mi alrededor y sin apagarla me dormía, mi madre me peleaba después por la mañana porque aún la luz seguía encendida, pero es que yo pensaba que sin la luz las monstruos se me acercarían, y con la luz se mantendrían alejados. Cuando pesé demasiado ya mi madre no podía llevarme a mi cama y me despertaba para que me fuera, y yo iba encendiendo luz por luz hasta meterme en la cama, porque los monstruos seguían ahí, la luz se apagaba cuando yo ya no veía, después, mucho después, vi el Orfanato y mi cama después de verla era muy fría para mi, y la ventana estaba muy abierta, y la farola no daba la suficiente luz, el niño del Orfanato me miraba desde la calle, y tenía miedo de abrir los ojos y verle.
Ahora, ahora ya no tengo miedo. Y cuando abro los ojos en mitad de la noche porque la puta pesadilla de las narices a vuelto, no hay nada, y quiero que haya. Lo que me hace pensar... ¿que es peor, tener miedo por que hay alguien o tener miedo, porque no hay nada? Lo segundo duele más, y me gusta volver a cerrar los ojos, pensando que se han vuelto a esconder en el armario, y que me vigilan, y me ayudan a despertar cuando ya no quiero dormir más, en los sueños siempre puedes dejar de soñar, y tú decides, pero cuando abro los ojos con el corazón desbocado, el pecho agitado y un sudor frío y pegajoso en la espalda, cuando los abro y no hay nada de lo que temer excepto de los libros de clase apilados en el baúl, de la agenda con las páginas y los exámenes para diciembre ya apuntados... cuando descubro que la amiga de su hermana tenía razón, cuando descubro que ayer solo simulaba tocar el piano mientras que en realidad desconozco incluso para que sirven las teclas negras... cuando me despierto solo quiero volver a soñar y cambiar mi sueño, porque hay cosas en la vida, que no se pueden evitar, cosas que dan miedo y ya ni tiemblas, cosas que te hacen alejarte de tu camino para tirarte al río y salir empapada, cosas que te hacen reflexionar; después de la tormenta no llega la calma, sino un velo de luvia fina que no moja pero empapa. Que se vea el sol, no quiere decir que haya buen tiempo.
Tener miedo... ¿a qué, realmente?


                                                                      solo, arte, artístico, hermoso, belleza, negro y blanco


                                                             

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