Una historia real y sorprendentemente con gente de verdad.

-¡Oye! Que te dijo la chica esta...
Dijo una voz queriendo reirse un rato, buscando conversación.
-¡Que te den, zorra!
Las carcajadas estallan en nuestra boca como sonoras campanas de iglesia, que anuncian la llegada de una nueva sonrisa al rostro de una desconocida.
La chica riendo pregunta:
-¿Te dijo eso?
El "chico" con furia o simpatia (según se mire) coje una bolsa y empieza a dar golpes sin ton ni son, como si un loco lo poseyera. Volvemos a reirnos.
Nos da golpes con la bolsa y grita:
-¡NO!¡TE!¡RIAS!¡DE!¡MI!
Nos miramos y todos sabemos la verdad que solo es un bufón que hace caso a unos inútiles.
Nos vamos él sabra donde se mete, llegamos a donde esta otra chica un poco enfadada.
-¿Hace falta hacer tremendo espectáculo?Vais a acabar siendo otra vez la comidilla de la clase.
Miramos con desdén.
-Pues vale. Total, antes hablaban de nosotras sin hacer nada, ahora por lo menos hablaran por alguna razón, ¿no?.
-Jajajaja, si.
Responden al unisono.
Y volvemos a reirnos esta vez las tres. Si, estamos solas, pero no somos ellos y eso se agradece.

Irene.