Flor que pinchaste
déjame ayudarte,
para transplantarte
a un lugar perfecto.
Huida intermitente.
De miedos y plegarias
de llantos y lágrimas...
perdona mis errores
prometo cuidarte mejor.
Pero no dañes mis pequeñas manos
que sin fuerzas luchan por algo imposible.
Déjame acariciar
tus pétalos de terciopelo
y así poder entender
porque en un mundo cruel
siempre hay algo
etéreo y hermoso
que nunca se deja ver.
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