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viernes, 10 de octubre de 2014

Retrátala desaparecida.

El tiempo pasa, es inevitable, sobre todo ahora, que en el intervalo de 10-20 años pasa como si vivieras ochenta y cada año cambias, te renuevas, no diré maduras, no me gusta esa palabra, pero si que cambias, no eres inmutable ni mucho menos imperecedera, así que corres durante esos años, los mejores springs de tu vida.
Contar los míos siempre es triste y deprimente, pero son los únicos logros que, aunque no se puedan exponer en una pared, siempre los llevas dentro, en la memoria y en el alma, al principio la tristeza en la que se sumía mi existencia (aunque siempre estaba mi capacidad para fingir; de ahí nació La chica de los viernes, la de la risa contagiosa y una locura sin filtro, se sentía bien), siempre buscando la sensación de ser querida, aceptada, no se, esas cosas que te hacen tanto estar en la inopia, demasiado introspectiva, como empezar a interesarse por cosas que eran mucho más interesantes que tu misma, como los libros, el cine, el teatro, la fotografía, el arte en general, la cultura, y aprendes a hablar, porque es muy fácil hablar de arte y de tus obras favoritas, sobretodo de literatura, porque cuando hablas de ellas siempre hablas de ti misma de manera casual, sin proponertelo, como si fueras alguien espontáneo, divertido y sociable, pero en realidad es solo otra manera de sobrevivir al mundo, a la pequeña sociedad que hay dentro de las aulas, y a ti misma.
Sería muy largo de contar, todo lo que se vive, y como a nadie más le importa, solo a mi y yo ya me sé la historia, solo escribiré lo que me interesa.
Ahora descubro cosas, descubro que en realidad la amistad como el amor, como todo lo que tiene que ver con el contacto social, es casi tan complicado como aprobar: tomatelo con calma, despacito y con buena letra, lee bien, escucha, calla, para luego contarlo todo en la valoración personal. Antes odiaba la sensación de vacío, y sentir la soledad recorriendote la piel (¡la soledad se puede sentir!), ahora ya no, ya no importa, disfruta del mundo, es maravilloso, de la vida, de ti, de los demás, acepta lo que no puede ser solucionada, y adaptate, sobrevive. Aprovecha los momentos en los que puedes hacerlo, para luego no arrepentirte, y esto es algo que se aprende con la experiencia, como yo que he aprendido que la propia vida toma mejores decisiones para que yo misma, así que he decidido dejar de pensar en futuros lejanos, y calzadas sin allanar, más en el momento inmediato, en el futuro-presente, aunque siempre dejando fluir el destino/magia/energía/lo-que-sea hasta que ya no puedes alargar más el momento y actúas tú por tu cuenta, sin precedentes, tirándote en tirolina, solo porque la vida no te puso pegas a la hora de subirte en ella, y esos segundos en los que esperaste que diera su opinión fueron decisivos, porque lo que tengo claro es que si las cosas tienen que pasar, pasan, y si no, no pasan, independientemente de ti o de los hilos rojos (o no). He aprendido a no negar nada, a dudarlo todo, siempre intentado parecer inteligente, aunque no lo seas (cuidado con esto, no te sobrepases tampoco que nos conocemos y vas cuesta abajo y sin frenos, el aire te da en la cara y aunque te sientas vivo el trompazo no te lo quita nadie, asique control) pero mola, mola interpretar personajes y conocerte al mismo tiempo, en que papel te mueves mejor, claro que lo mejor de todo es saberse todos los papeles por si acaso te toca algún guión equivocado, el azar de la vida hace esas cosas.
Y es que tanto mamar ha echo que se me secara la boca, y ya vale estar de rodillas, levántate y di lo que tengas que decir, "el efecto secundario menos original es la muerte", así que sin miedo, y si lo tienes, disfrútalo también, la adrenalina inyectada por decisiones nuevas a tomar rejuvenece el espíritu y adelgaza.
Segundo Bach., me lo estoy tomando como quien se toma una sienta, todo lo veo desde detrás de un velo, parece no importarme las asignaturas o los exámenes ni nada, como si diera igual... No se, supongo que ya me iré espabilando con el tiempo, aunque ya se nos van echando los exámenes encima.
"Retrátala desaparecida" Pauline Boty (1962)
Odio desayunar, y solo quiero sentarme y leer, gravitar encima de mi y de mi cuerpo y salir de aqui. No se... Ahora que estoy probando a ser protagonista de las cosas, me doy cuenta que es como antes, como cuando solo eres espectador, no hay diferencia, vives igual, solo que la mayor parte de las cosas malas solo las imaginas, y en las buenas rechazas la idea que no sea real. No se si me explico. Al fin y al cabo cuando tu vida en realidad no ha cambiado ni variado de dirección, de momento, sigues estando en la misma serie, terminando temporadas si, pero con los mismos personajes, y ya forma parte de tu vida diaria que te da igual estar en un sitio que otro.
Asi que eso, un comunicado mundial: siempre vas a estar solo, y siempre te va a doler, vive con ello, no te queda otra. Yo seguiré describiendo como se me agarrota el alma y como cada vez la pena se desvanece poco a poco hasta llegar a un punto en el que pocas cosas te dañan, te das cuenta de que nada de eso importa lo suficiente y de que siempre habrá gente que sustituya a la anterior, no eres único e irreemplazable, sobre todo cuando no pides perdón. Hacedlo siempre, pedid perdón en todo tipo de situaciones, porque habrá personas que lo único que necesitan es escucharlo, y otras que lo único que necesitan es decirlo.
Hasta la próxima entrada.



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