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sábado, 20 de diciembre de 2014

19.12.2014/17 años.

christmas, december, welcome, winter, x-winteSi no fuera 20 que fuera 19, si no fueran las diez menos diez de la mañana y sí las diez y media de la noche de ayer, estaríamos en el instante pleno de mi cumpleaños. Cuando los diecisiete parecían 30, y la vejez me pesaba el alma, aunque no el cuerpo, como si este solo fuera la carcasa inoxidable de algún otro de los 60'. En la cima del edificio de mis incongruencias, me elevaba por encima de todo lo demás y el miedo a caer y ser arrastrada me excitaba, sentía los bombeos del corazón, y el ambiente me despojaba del sentido de la realidad, me provocada un ostracismo a mi cuerpo y mente onanistas eternos.
La idea de la muerte y el suicidio me recorría como el aire frío del puerto lo hacía, era agradable, pero aterrador, consciente de lo horrible y de la anomalía del mundo, demasiada buena literatura...
Y ya está. No hay besos en el faro ni recuerdos agradables en la arena, han desaparecido en el aire las moléculas que conformaban ilusiones antiguas donde los paseos entre callejones cojidos de la mano eran posibles, había tiempo, aun sabiendo que nunca lo habría, daba igual, parecía que podría crear horas desde mis dedos si es que así me apetecía, pero me equivocaba, como siempre, no somos ese tipo de dioses, solo Demiurgos del tiempo...
Que hay que luchar y seguir aunque sea en vano, aunque ya desde el vientre de tu madre estuviese todo perdido, Fito y Fitipaldis imprimen en mi memoria imágenes de mi padre, solo da pena, una llamada menos para el 19.
Parece que antes había mucho más que contar, pero con el paso del tiempo se van acabando las ganas de esperar algo bueno, algo que te haga sentir que has cumplido la edad que sientes y que has vivido respectivamente a esa edad, pero es que ya pasé mis catorce y mi primer beso no llegaba, pasé mis quince y mis dieciséis, y lo único que se agotaba a contrarreloj eran las ganas de imaginarme otra cosa que pusiese ocurrir si yo no fuera yo. El cansancio abotarga mis pensamientos, odio la navidad, no merece que le dedique ningún texto, ningún relato. Odio que no haya abrazos ni orgasmos. Dejaron que el pez, desgarrado por el anzuelo, muriese asfixiado.

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