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jueves, 10 de octubre de 2013

'Los consejos que dan, los que por miedo a amar, viven no siendo ellos.' D. M

¿En qué momento nos volvimos todos locos y encontramos placer en el dolor

Se ve y se siente los pasajes inconfundibles de los capítulos sin escribir, pero que van pasando, pasando... pasando...
Y yo me pregunto, -una pregunta retórica, por supuesto, no quiero que nadie me diga la verdad jamás, mentirme todo lo posible en lo referente a mi, que de matar... ya me mato yo-, me pregunto eso, eso que solo los del agujero se preguntan, -siempre la misma a lo largo de los años, parece que la escribamos en el recordatorio del calendario el día y la hora en la que quieres que vuelva a aparecer, porque somos masoquistas... Porque al final la filosofía afecta y se necesita respuesta para la pregunta sin ella... siempre-:

¿Porqué nunca yo no?

Entonces se suben las manos a la cabeza y murmuran en alto, en bajo, y sin sonido pero con micrófono: ¡Vaya! Saltó la visión de parejas felices de la mano, y la tuya propia vacía y sin agarre... Pues no, justamente el yo no, no se trataba de eso, -en realidad nunca se ha tratado de eso, solo por la noche, que es cuando más afecta la ausencia, supongo...-.
Trata de la imagen e idea que en tu mente se transforma en el mejor debut cinematográfico, trata de la otra imagen de millones de artículos posibles que puedes escribir, porque decir... hay que decir mucho. 
Vuelven las palabras con Septiembre. Y nunca falla que Septiembre vuelva, nunca falla Octubre que viene detrás para acurrucarse en tú regazo y pedirte que le acaricies la cabeza, pero con cuidado que las cosas se pierden y desaparecen y dejan de ser lo que fueron. Sí, esas cosas pasan...
Es que... El yo no, va por las veces en las que me pregunto porque prefiero quedarme y observar a levantarme y participar, porque según la parte de mi mente que me observa de fuera parece gritarme desde el la primera fila de gradas:

 ¡Levantateeeee! ¡Vamos, mujer! ¡VIVE!

Y yo enfadada, bueno la otra parte de mi a la que le suelo hacer más caso, responde gritando también pero desde arriba, desde las personas son hormigas y el mar posando para ser fotografiado: 

¡VIVO, IMBÉCIL! ¡Solo que de distinta manera, yo siento, y aprovecho momentos que ellos pasan por alto por correr demasiado rápido, por pensar que la reflexión es para otros y nunca para ellos!

Se calla, me mira me sonríe y salta a la pista a jugar a un juego sin nombre, de esos a los que todo el mundo sabe jugar, incluso ella, -esa contenta parte de mi, ignorante, que lo único que piensa hacer con sus manos es arrebatar balones, mientras que tú, tú te sientas y observas porque estás segura de que si te levantas no sabrías que hacer con las dos extremidades que cuelgan de tus costados, para ti solo sirven para tocar, para saborear con las largas lenguas de tus dedos y para crear...-, y por ese motivo yo pienso he imagino, que me echaría de menos si fuera otra persona, una como otras tantas, porque todos no podemos ser iguales. Me echaría de menos porque la sensación de tener la cabeza a punto de estallar por todas las cosas que tiene dentro, es una de las sensaciones de las que te guardas en el estante de las "sensaciones coleccionables", no somos otra cosa que sensaciones. 

DIOSES. 

Los únicos Dioses en los que creo, en los que me apoyo para confiar, es en la humanidad, aunque sea una completa masoquista cabrona, también tiene una parte cariñosa, una parte que la hace perfecta, global y buena, y que no puede terminarse o acabarse, que la única cosa que no sea efímera sea nuestra perfecta -aunque siempre mejorable- evolución.
Si todavía no ha quedado claro lo de masoquista ahondar en vuestra mente y pensar en todas las cosas que siempre decimos que están mal o que deberíamos mejorar y no lo hacemos, porque al final le coges gustillo y todo; el odiarte, el esconderte, el arte de desaparecer y del silencio, el de las palabras vacías -putas ellas-, el correr y ahogarte con tu propia saliva, el llorar, la soledad dulce y mimosa que vuelve sin ser invitada... Vaya... No nos olvidemos que los latigazos de los que viene acompañado todo eso... 

¿Sabes? Somos Dioses, sí, y nos comemos el mundo de tal manera que lo agotamos de tanto mordisco mal dado, pero nadie dijo que fuéramos capaces de solucionarlo todo... Así que no te agobies, 

yo también pienso si algún día me crecerán las tetas o si van a seguir así mucho tiempo.

Sí, bueno... A mi me da un poco
de yuyu esta mujer eh...
Pero oye, había que ponerle algo
*Encogimiento de hombros*
(No me puede creer que no haya
ni una foto o monigote haciendo
ese movimiento, jum)




3 comentarios:

  1. INCREIBLE!!!
    Que forma de escribir más magnifica, madre mia... ^^


    Un beso! ;)
    http://myworldlai.blogspot.com.es/

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  2. Simplemente divino. Lo leí todo y cada palabra logra atrapar mas. Escribís muy bien dejame decirte. Muchos besos y tenes una nueva seguidora.

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  3. Hola Irene, quiero decirte ,aunq te Lo diga todo el mundo, que escribes como los ángeles.
    Encontre hará unos meses tú blog x casulidad (como suelen pasar las cosas) estaba buscando comentarios sobre una pelicula q vi y q me encanto y aparecio tú blog, me encanto tú comentario y leí todas tus entradas y desde entonces sigo leyendo cada una de ellas. Echo de menos la historia sobre Al y Rafe Jaja sera xq la prota se llama como yo, Jaja. Bueno no me enrrollo más, espero algún dia leer algún libro escrito x ti, xq Lo tuyo es escribir,todas las palabras llegan al alma. Muchos besos y suerte

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