Gritó ¡cállate de una vez!, y todo se quedó en silencio. Se paró, respiró y se fue.
No tenias porque meterte en temas que no te incumben, nadie pidió tu opinión y mucho menos que se lo dijeras a la cara.
Siento que hayas perdido, pero también siento que yo no puedo hacer nada, los sentimientos de las personas no los controlamos los de fuera. No pediste perdón y mucho menos lo sientes de corazón. Para ti solo fue un error y para ella solo fue el fin de la relación.
No volverá a confiar en ti.
Yo todo lo veía desde la distancia me dolió no poder ir corriendo y ponerlo todo en orden, me sujeté a la viga y no me moví. Fui cobarde, puede, pero hice lo que te tenia que hacer. No fui fiel a mi persona que me gritaba que hiciera que todo estuviera bien otra vez. Pero hice caso a la razón, no era mi problema, yo no tenia porque meterme.
Y entonces supe que una pelea normal que al principio no me incumbía acabaría con mi rutina y mi sonrisa.
Irene.
Porque a veces los problemas de otros acaban siendo los tuyos.
Sí... pasa... :(
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