
Sucia, cobarde y loca realidad. Así que también sabía eso.
Lo recuerdo todo con detalle, la manera de mirar de mis padres, rectos, respetuosos, formales, la honestidad y la paciencia con la que lo hacían todo y sobretodo la frialdad.
Cambié justo en ese año. Lo hice, y me alegro de haberlo hecho, hay cosas que debes hacer que no están escritas en agendas, cosas importantes que no sabes que lo son hasta que suceden, cosas como dejarse llevar, eso lo sé ahora, pero antes no, y me negué a mirar con atención las ondulaciones del río de enfrente de la casa de verano, me negué a apreciar las tardes y demasiado las mañanas, me negué a mirar a la luna a sus ojos de zafiro traslúcido, aunque los destellos azules y plateados seguían ahí.
Lo que más gracia me hace ahora es que siempre huí de lo complicado; del amor, de la amistad, de la magia, de la fe en los cuentos, de los libros que te abrían puertas que preferías dejar cerradas, el porque es simple a mamá no le gustaban las fantasías, solo la suya... Siempre huyendo, siempre extraña al mundo que me rodeaba.
Alex se acerca por la calle, tiene ese andar lento pero seguro, su brazo es largo y fuerte y sostiene la comida que hoy vamos a comer, se acerca al café esta mañana oscura, pero mañana.
-¡No sabes la de gente que había!
Suspira sonriendo.
-¿Que has comprado?
-Hmm, ensaladilla, pollo con patatas plastificadas, y helado de chocolate con virutas de chocolate real.
Pone los ojos en blanco y yo lo imito, la comida del Señor de la Comida, es mala pero comestible, está cerca de casa, y desde que venimos a vivir a la ciudad vamos allí, se podría llamar comodidad y rutina, pero a mi me gusta llamarlo "Tradición".
-Desde ayer te veo con esa libreta, ¿que escribes?
Lo miro a esos ojos castaños llenos de amor, un amor que todavía desconozco si es por mi o simplemente por el mundo.
-Escribir la historia de mi digno verano.
-¿Nuestro verano?
Pregunta levantando una ceja y mirando con los ojos brillando de recuerdos memoriales y pasadizos de secretos entre los helechos de los bosques de al lado del pueblo.
-Nuestro, sí. Justo ese.
-Jumm... Ha habido mejores.
-Pero para mí ninguno como ese.
-Está bien entonces, pero con cuidado, que no se olviden los pequeños detalles que lo hicieron especial.
Y por un momento vi al chico que había sido, no era el mejor ni el más perfecto, no era príncipe ni caballero. Pero me salvó, y eso también lo sé.
2 Hoja
Simplemente, perfecto.
ResponderEliminarBueno había pensado en comentarte en las dos entradas de tu historia pero lo he pensado mejor y te comentare los dos desde aquí y es que en verdad, no se puede decir mucho de algo que no le encuentras ningún "pero". Y es que ojala muchas personas y yo, me incluyo supiéramos hacer tan buenos comienzos de historias como los tuyos. y ¡Que no sabias hacer historias! Madre mía…. me ha encantado, la idea en general es estupenda, lo de que vaya a relatar su verano y de allí parta la idea y bueno sus padres, su vida, su forma de pensar… menos mal que te dije lo de la historia!
ResponderEliminarAdemas de que tu forma de relatar o describir las cosas si ya son fantástica en cualquier entrada pues imagínate en una historia.
Estoy esperando el siguiente capitulo con muchas ansias.
Aaaaaaaaaaah quería agradecerte que me hicieras caso e intentaras escribir la historia que como has podido ver, te a quedado GENIAL. Lo único que no se es porque solo tienes dos comentarios con lo bueno que es… tendre que hacerte publicidad para que todos veas lo buena escritora y persona que eres!
Un beso grandísimo =)