Vuelvo enseguida.

Creo adorar algo inexistente, porque adoro las cosas que imagino y que espero que existan de verdad. Como aquellos mundos tridimensionales en los que todo va mal y aun así yo quiero estar en ellos. Espero poder decir por fin lo que pienso, dejar de quedarme con la palabra en la boca por no herir, por no hacer daño, me da igual que me lo hagan a mi porque se que sea como sea yo saldré de ello pero no confío en que otras personas lo hagan. No me considero buena persona porque no lo soy, soy mala, egoísta y un tanto egocéntrica mezclado con sarcasmo, pero ¿que soy sin mi sonrisa que me define y mi risa que me describe?, soy la contradicción y eso que odio las contradicciones.
Estoy tan llena de dudas, con tanto odio y en cambio estoy en una paz eterna, yo no odio a nadie, tengo cosas más importantes en las que pensar. Soy aquello que crees que siempre estará y desaparece pero nunca sin decir a donde "vuelvo enseguida" es mi frase favorita la digo si acaso dos o tres veces a lo largo del día casi siempre es verdad, otras no tanto.
Releo lo que escribí a lo largo de las años y siempre pienso en la mismo: Sigo siendo la misma, sintiendo lo mismo, añorando lo mismo y queriendo...cosas diferentes a las de ayer.
Siento que aquello a lo que me enfrento no se ni lo que es. ¿Contra que coño lucho tanto, para acabar tan agotada?

Irene no muy cuerda en este momento, ni en ninguno creo.