Los ojos tan redondos y brillantes cuando son jóvenes, y tan cansados y sin brillo cuando son viejos, pero siguen siendo los mismos ojos, y cuando esos ojos se cierran, ¿a donde van?. Pensamos que es el final, y yo digo que solo es el principio de algo nuevo, pero que esos ojos, los sentimientos que son capaces de transmitir, se quedan para siempre. En memorias, en recuerdos de otra gente, y aun así siempre están ahí.
Dicen que son sueños de alguien joven y que en algún momento dejarán de ser, porque, dicen, todo el mundo se hace adulto. Yo estoy en contra de eso, como estoy en contra de muchas otras cosas. No sé si en algún momento los sueños y las ilusiones dejarán de marcarte el camino, pero... mientras haya algo donde escribir, mis sueños e ilusiones seguirán existiendo, nadie te los quita, ¿la vida? La vida está echa de eso. Solo los que tienen la fórmula para nunca dejar de soñar, son los únicos que no se olvidan, los que se quedan para siempre aunque no los veas, los que siguen existiendo aquí y en otras partes, las únicas personas que no se pierden así mismas con el paso del tiempo.
Sigue al corazón que dibujaste un día en el cielo.
Irene.
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